Nuestra salud puede llegar a resentirse por la llegada del otoño. Se reducen las horas de sol y comienza el frío por lo que podemos llegar a tener enfermedades propias de esta época: desde resfriados o gripes a neumonía, dermatitis atópica, asma o déficit de vitamina D. Si además le sumamos que estamos en plena pandemia por coronavirus, resulta más importante que nunca cuidar nuestra salud. Pero, ¿cómo hacerlo? Sigue leyendo para saber más.
Qué es la vitamina D
La vitamina D, al igual que el resto de vitaminas, es una sustancia que nuestro cuerpo necesita tanto para crecer como para funcionar de manera normal. En el caso de esta vitamina, es la encargada de ayudar a nuestro cuerpo a absorber el calcio, fundamental para nuestros huesos y dientes. El 2% de nuestro cuerpo está compuesto por calcio y su falta nos provoca enfermedades como la osteoporosis, presión alta y, en algunos casos, hasta cáncer. Nuestro cuerpo absorbe vitamina D a través de la piel (por efecto de los rayos de sol), por los alimentos y por medio de suplementos.
Beneficios de la vitamina D
Los beneficios de esta vitamina son muchos:
- Ayuda a combatir la osteoporosis y demás enfermedades de los huesos en etapas adultas y evita el raquitismo en la infancia.
- Ayuda al buen funcionamiento del sistema inmunológico, tan necesario en estos tiempos.
- Previene la contracción muscular.
- Previene las enfermedades neurodegenerativas y ayuda al buen funcionamiento del cerebro.
Personas con más riesgo a sufrir déficit
Todos los seres humanos necesitamos vitamina D para que nuestro cuerpo funcione correctamente; pero hay varios grupos de población cuya necesidad es mayor, ya sea por sus características especiales o porque tienden a perder la vitamina D más fácilmente. Es normal que sufran hipovitaminosis:
- Personas con osteoporosis.
- Personas con edad avanzada: la piel absorbe menos vitamina D.
- Personas de piel oscura: reciben peor los rayos del sol.
- Personas con enfermedades renales.
- Personas con celiaquía, hepatitis, linfomas, etc.
- Aquellas personas que están tomando algún tipo de tratamiento con retrovirales, glucocorticoides o anticonvulsivantes.
- Personas obesas (la capacidad de absorción de la vitamina por la sangre es menor por la grasa adiposa impide el paso a dicha vitamina)
Cómo aumentar los niveles de vitamina D
Como habíamos dicho anteriormente, la vitamina D entra en nuestro cuerpo a través de la piel, de los alimentos y de suplementos. A través de la piel lo hace por los rayos de sol. De hecho, a esta vitamina se le llama comúnmente la vitamina del sol. Por eso cobra mucha importancia, además de la alimentación, el lugar en el que vivas. En España, durante la primavera y el verano, los rayos de sol nos aportan la mayoría de vitamina D necesaria para nuestro cuerpo y no es así en estaciones como el otoño el invierno; no solo porque las horas de luz son menos, sino porque llevamos más partes del cuerpo tapadas y los rayos de sol apenas entran en contacto con nuestra piel.
Durante la primavera y el verano se recomienda tomar el sol una media de 20 minutos tres veces a la semana (eso sí, evitando las horas centrales del día). Como entendemos que en otoño las horas de sol son menos (si las hay conviene dar un paseo al sol o disfrutar de él en una terraza, por ejemplo), tendremos que suplir esta falta con suplementos (en cualquier farmacia puedan indicar qué tomar) y a través de la alimentación.
Alimentos ricos en vitamina D
- Pescado azul. Atún, salmón, sardina, caballa, etc. Además de proporcionar vitamina D, aportan nutrientes y Omega 3 .
- Hígado. En nuestro blog ya habíamos hablado anteriormente de que el hígado está considerado como un superalimento por la cantidad de beneficios que tiene para nuestro cuerpo. Pues el de aportarnos vitamina D es uno de ellos.
- Huevos. Para una persona adulta sin ningún tipo de enfermedad o restricción, se permite hasta un huevo al día. Será en la yema en donde encontramos la vitamina D tan necesaria para nosotros.
- Lácteos. Yogures, queso de todo tipo, mantequilla, leche entera…
- Hongos. Todo tipo de setas y champiñones.
- Aguacates y germen de trigo. Algunos expertos aseguran que los cereales y los aguacates son fuente de vitamina D. Pero es un debate todavía vigente. En cualquier caso, ambos alimentos son beneficiosos para nuestra salud en proporciones moderadas.
Vitamina D y COVID-19
La pandemia por coronavirus está afectando a todo el mundo de un modo, hasta el momento, incontrolado; por eso es muy importante cuidarnos más que nunca para evitar no solo esta, sino otras muchas enfermedades. Nuestro sistema inmunológico debe estar más fuerte que nunca para combatir las enfermedades.
Un reciente estudio de la Universidad israelí de Bar Ilán asegura que mantener unos niveles correctos de vitamina D en el organismo ayuda a combatir el COVID-19. Elaboraron un estudio en el que participaron casi 8.000 personas: unas setecientas positivas en COVID-19 y 1.300 negativas. Aquellas que eran positivas tenían unos niveles inferiores de vitamina D que las negativas. Además, entre aquellas que eran positivas, las que tenían menos niveles de esta vitamina sufrían un mayor riesgo de ser hospitalizadas.
Aunque las conclusiones de este estudio todavía no son definitivas, los expertos involucrados no creen que la vitamina D reduzca la posibilidad de contraer coronavirus, pero sí minimiza los efectos de este virus: es decir, cuanta más vitamina D en el cuerpo, más capacidad para combatir esta enfermedad.. Lo que sí tienen claro es que el confinamiento ha hecho que muchas personas vean reducidos sus niveles de vitamina D en el cuerpo debido a una menor exposición solar. Por eso es necesario, durante estos meses, aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina D o consultar a nuestro médico de cabecera la necesidad de tomar algún tipo de suplemento.