Buenos hábitos posturales: cuida tu espalda

Buenos hábitos posturales: cuida tu espalda

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Cuidar la espalda es esencial para mantener una buena salud y calidad de vida. La espalda es una estructura compleja de huesos, músculos, nervios y ligamentos que trabaja en conjunto para soportar el cuerpo y permitir movimientos y flexibilidad. Cuando la espalda no se cuida adecuadamente, puede causar dolor, lesiones y otros problemas de salud. Para evitar dolores y problemas de espalda es esencial mantener unos buenos hábitos posturales, como los que hoy te recomendamos.

Dolor de espalda 

La espalda es la parte posterior del cuerpo humano, comprendida desde los hombros hasta la cintura, que sirve para sostener el cuerpo y permitir su movimiento. La espalda también contribuye a mantener estable el centro de gravedad -tanto en reposo como en movimiento- y protege la médula espinal. Para todo ello, la espalda tiene que ser sólida, por lo que está compuesta por huesos muy resistentes y músculos potentes y flexibles.

Pese a esta dureza, resistencia y flexibilidad de la espalda, el dolor de espalda es la segunda molestia más común entre las personas, tan solo superado por el resfriado. Se estima que un 80% de la población padecerá dolor de espalda en algún momento de su vida.

El dolor de espalda varía desde un dolor sordo y constante a un dolor súbito e intenso. Es agudo cuando aparece repentinamente y dura días o semanas, y crónico cuando se mantiene por más de tres meses. Analgésicos y reposo pueden ayudar a aliviar el dolor, pero si se mantiene por más de tres días es aconsejable buscar atención médica. Los profesionales de la salud determinarán qué es lo que está causando el dolor de espalda y en base a ello recomendarán uno u otro tratamiento, entre los que se incluyen compresas de calor o frío, ejercicio, medicamentos, inyecciones o incluso cirugía. También son beneficiosos los tratamientos terapéuticos con auga mineromedicinal, pues entre los beneficios de las aguas termales se reconoce su efecto positivo frente al dolor.

¿Por qué necesitas cuidar la espalda? 

Ya te hemos dicho que es una de las partes fundamentales del cuerpo, pero tenemos már razones para cuidarla: 

Cuando la espalda no está en buena condición, hay un mayor riesgo de sufrir lesiones, especialmente si se practican deportes o se realizan actividades físicas que requieren esfuerzo de la espalda.

Una mala postura puede provocar tensión en la espalda, lo que puede provocar dolor y lesiones. Cuidar la espalda también puede mejorar la postura, lo que reduce la presión en la columna vertebral.

El dolor de espalda puede afectar significativamente la calidad del sueño. Cuidar la espalda puede mejorar la comodidad durante el sueño y reducir los dolores que pueden interrumpir el descanso.

El dolor crónico de espalda puede afectar la salud mental y el bienestar emocional. Cuidar la espalda puede reducir el dolor y la tensión, lo que puede tener un efecto positivo en el estado de ánimo y la salud mental.

Hábitos posturales

La postura incorrecta puede ejercer presión en la columna vertebral y los músculos de la espalda, lo que puede causar tensión y dolor. Los malos hábitos posturales pueden ser el resultado de la falta de conciencia sobre la postura o la falta de atención a la forma en que se realizan ciertas actividades. Algunos de los hábitos posturales comunes que pueden causar dolor de espalda incluyen sentarse encorvado en una silla, agacharse con la espalda doblada en lugar de usar las piernas, y dormir en una posición incómoda.

Es importante prestar atención a la postura en todas las actividades diarias, especialmente en aquellas que requieren permanecer sentado o parado durante largos periodos de tiempo.

Por ello, para evitar sufrir dolores de espalda es indispensable mantener una correcta higiene postural. Aquí se incluyen consejos y hábitos posturales, tanto estáticos como dinámicos, dirigidos a conservar la alineación de todo el cuerpo para evitar posibles lesiones.

Consejos de higiene postural 

Existen una serie de consejos generales para mantener buenos hábitos posturales:

No permanezcas periodos prolongados en la misma postura: alterna actividades de pie con otras sentadas o en movimiento.

Descansa brevemente entre actividades.

Planifica los movimientos que se van a realizar para evitar riesgos para la espalda.

Evita inclinarte ya que es una mala postura para la espalda. Si tienes que hacerlo, mantén las rodillas flexionadas y apóyate con los brazos en una pared o mueble.

Si utilizas bolso, evita llevarlo siempre del mismo hombro, y reduce su contenido par disminuir su peso. Mejor sustitúyelo por una mochila bien colocada sobre los dos hombros.

Al consultar el móvil, evita bajar la cabeza (afectará a tus cervicales); mejor coloca el teléfono a la altura de los ojos.

Evita los zapatos de tacón si vas a estar mucho tiempo de pie o caminando.

Al hacer la compra, usa un carro, y si no puede ser, reparte el peso por igual en los dos brazos.

Recomendaciones adaptadas a cualquier situación 

Al estar de pie: se aconseja mantener un pie en alto y apoyado sobre un objeto o reposapiés, y alternar cada poco con el otro pie. Si tienes que trabajar con los brazos mientras estás de pie, hazlo a una altura adecuada que te permita apoyar los brazos.

Si trabajas sentado, la silla debe sujetar la espalda de forma que la columna quede en la misma postura que si estuvieras de pie. Coloca la mesa de trabajo a una altura adecuada: las muñecas y los antebrazos deben estar rectos y alineados con el teclado, con el codo flexionado a 90º. La pantalla del ordenador debe estar situada a unos 45 cm de distancia, a la altura de los ojos o ligeramente por debajo. Debes poder apoyar completamente los pies en el suelo y mantener las rodillas al mismo nivel que las caderas.

Si estás conduciendo, acerca el asiento para alcanzar los pedales sin tener que estirar las piernas y apoya la espalda en el respaldo. Agarra el volante con las dos manos, con los brazos semiflexionados.

Al dormir, las mejores posturas son bocarriba con una almohada debajo de las rodillas o bien de lado con las rodillas semiflexionadas.

Al levantar un peso: para coger un objeto pesado del suelo, tienes que agacharte flexionando las rodillas, con la espalda recta, la cabeza levantada y los dos pies apoyados en el suelo ligeramente separados. Mantén el objeto próximo al cuerpo mientras lo estás moviendo.

Pon en práctica estos buenos hábitos posturales en tu día a día y verás como tus dolores de espalda se reducen.

Agua termal para el dolor de espalda 

El agua termal es conocida por sus propiedades curativas y terapéuticas, y es beneficiosa para reducir el dolor de espalda.  

Acción analgésica: El agua termal actúa como un analgésico natural y ayuda a aliviar el dolor de espalda.

Reducción de la inflamación: ayuda a reducir la inflamación en los músculos y articulaciones de la espalda, lo que puede contribuir a reducir el dolor.

Relajación muscular: El agua termal caliente ayuda a relajar los músculos tensos de la espalda y reduce la rigidez.

Estimulación de la circulación sanguínea: mejora la circulación sanguínea, lo que reduce el dolor y acelera la recuperación de lesiones.

Mejora de la flexibilidad: el agua termal puede ayudar a mejorar la flexibilidad de los músculos y articulaciones de la espalda, lo que puede reducir el riesgo de lesiones y dolores crónicos.

Propiedades relajantes: tiene un efecto relajante en la mente y el cuerpo, lo que puede reducir la tensión y el estrés que pueden contribuir al dolor de espalda.

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