Aunque durante años fue conocida como flora intestinal, ahora todo el mundo habla de la microbiota, aunque no todos sabemos qué es y, mucho menos, qué hace en el organismo. Sin embargo, es tal su importancia que hemos preparado este pequeño informe para entenderlo todo fácilmente. Si quieres conocer qué es la microbiota y qué funciones tiene, acompáñanos en este viaje por el cuerpo humano.
Qué es la microbiota
La RAE define microbiota como “flora microscópica que reside en un organismo”. Pero como esa acepción es muy genérica, podemos ampliarla: la microbiota es el conjunto de bacterias o microorganismos vivos que viven en nuestro cuerpo, fundamentalmente en la piel y el aparato digestivo, desde la boca a los genitales. Esas bacterias nos acompañan desde antes de nacer, ya que están presentes en el organismo desde que nos encontramos en el vientre materno, pero van cambiando poco a poco a lo largo de nuestra vida, adaptándose al crecimiento primero y al envejecimiento después, aunque siendo estables a lo largo de los años.
Se estima que en nuestro cuerpo hay más de 100 billones de esos microorganismos y no todos son beneficiosos para la salud. Sin embargo, son esenciales para la vida diaria y, sin ellos, sería imposible sobrevivir.
Funciones de la microbiota
Los microorganismos que componen la flora intestinal o microbiota son vitales para que las personas tengamos un buen estado de salud. Tienen múltiples funciones, aunque todas ellas podrían clasificarse dentro de tres grandes grupos: nutrición, protección y fortalecimiento del sistema inmunitario para mantenerlo en perfectas condiciones y siempre alerta, una de sus funciones vitales, como lo es estimular la producción de defensas o prevenir infecciones. Pero la microbiota realiza muchas más funciones:
- Protege nuestro cuerpo de bacterias patógenas, es decir, aquellas que pueden provocar enfermedades. Algunos ejemplos son las partículas de polvo o contaminación, químicos dañinos, metales tóxicos, etc.
- Fortalece el sistema inmune y se encarga de que las defensas del organismo funcionen correctamente.
- Regula el metabolismo.
- Ayuda en la digestión de alimentos que, por unas u otras razones, el aparato digestivo no puede digerir por sí mismo.
- Produce vitaminas que son vitales para el organismo, como la vitamina K o la vitamina B12.
- Es fundamental en la regulación de la secreción de neurotransmisores intestinales. También de insulina y péptidos sin los cuales no sería posible la vida humana.
Además, en los últimos años se han llevado a cabo importantes investigaciones centradas en la microbiota y que han llegado a la conclusión de la relación existente con patologías tan importantes como el cáncer o el párkinson, pero también relacionadas con la diabetes o la obesidad. Incluso se sabe que algunos factores como la dieta, el tabaco o el alcohol influyen directamente en la composición de la microbiota, facilitando el desarrollo de diferentes enfermedades.
Sin embargo, y a pesar de los avances en el conocimiento de la microbiota y su importancia e incidencia en la fisiología humana, aún no se saben cuáles son los microorganismos concretos que tienen que ver con cada proceso y los que participan en cada acción de la flora intestinal. La ciencia y las investigaciones en esta materia deben ayudar a crear estrategias de futuro en los que la microbiota juegue un papel fundamental.
Alimentos que cuidan de la microbiota
Una alteración de la microbiota provoca un desequilibrio en el organismo que puede derivar en la aparición de diferentes enfermedades, infecciones, etc. Las causas pueden ser variadas, desde una dieta pobre al consumo de tabaco y alcohol, el sedentarismo, la acumulación de estrés o el mal uso de los antibióticos, entre muchas otras posibilidades.
Sin embargo, también es posible mejorar la flora intestinal por medio de una alimentación saludable y equilibrada, con la práctica de deporte de forma regular, evitando la automedicación o con algo tan simple como dormir bien, ya que un sueño reparador puede ser vital para mejorar la microbiota.
Pero, además, hay algunos alimentos que, por su composición, cuidan de la microbiota. Es decir, favorecen la proliferación de “bacterias buenas” para que puedan hacer frente a todo tipo de agresiones. Estos son algunos de esos alimentos:
- Alimentos probióticos como el yogur o el kéfir.
- Alimentos prebióticos, normalmente hidratos de carbono (oligosacáridos y polisacáridos).
- Frutas como la manzana o las uvas.
- Alimentos ricos en betaglucanos, como las setas, las algas o la avena.
- Semillas de chía o lino.
- Ajo, cebolla y encurtidos.
- Legumbres como lentejas, garbanzos, judías blancas o soja.
- Alimentos que proporcionan almidón resistente como la patata, la yuca o el boniato.
Por último, también hay algunos alimentos que estropean la microbiota como los ultraprocesados, los embutidos, los productos con demasiada sal o con azúcares añadidos.
La microbiota es uno de los motores del organismo y sin esos miles de millones de bacterias que la componen sería imposible sobrevivir. Por eso, una alimentación saludable, el ejercicio físico y el fin del consumo de alcohol o tabaco pueden ayudarnos a vivir más… y mucho mejor.
