Un viaje por el triángulo mágico ourensano: el Entroido

Un viaje por el triángulo mágico ourensano: el Entroido

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¿Sabes por qué es tan especial el «triángulo máxico ourensano»? Os recordamos lo mejor del Entroido en Ourense y por qué se deben visitar localidades como Laza, Verín o Xinzo de Limia. ¡Búscate un buen disfraz y no dudes en acompañarnos en esta espectacular ruta de fiesta!

Entroido en Ourense: «triángulo mágico»

Xinzo, Laza, Verín. Quédate con sus nombres. Estos tres municipios ourensanos conforman el denominado «triángulo máxico» del Entroido, el carnaval rural más antiguo de España y la gran fiesta de la provincia de Ourense, declarada, como no podía ser de otro modo, Fiesta de Interés Turístico Nacional en las tres localidades. Una mezcla de antiguas tradiciones con desfiles y concursos para sazonar casi un mes de diversión garantizada.

Pantallas en Xinzo

En Xinzo de Limia el Entroido es vida, como demuestra el hecho de tratarse del municipio donde más tiempo dura la celebración del carnaval: un mes. Aquí la fiesta no se entiende sin las pantallas, los personajes que animan y dan color a las celebraciones.

La denominación «pantalla» se refiere a la careta que visten: una máscara elaborada con cartón, harina, papel de periódico, agua y pintura. Representa la cara del diablo con una mueca de humor. Mientras, el traje se compone de una camisa de felpa, un calzón blanco, polainas negras y una capa de color rojo adornada con numerosas cintas. Las pantallas portan en la mano dos vejigas de vaca, infladas y secadas. Su misión es velar porque todos aquellos que se presenten en la localidad estén disfrazados. Si no lo están, les perseguirán y les obligarán a pagar una ronda de vino.

Este año, pese a que la pandemia parece estar remitiendo, en la localidad son precavidos y han establecido una serie de normas: el Entroido solo se celebra por el día, no tendrá grandes eventos pero sí puede disfrutar de sus tradiciones más arraigadas, como la del Domingo «fareleiro» de comienzo de mes, donde la harina voló por doquier.

Pero repasemos la tradición de este famoso entroido: comienza con el petardazo y, después, el domingo Fareleiro y su tradicional batalla de harina. El siguiente domingo es el domingo Oleiro, en el que los participantes se tiran una olla de barro que tiene su origen en una tradición amorosa. Los hombres iban hasta el río donde estaban lavando las mujeres y les «robaban» las ollas para pasárselas entre ellos y que les persiguieran.

El tercer domingo, el Corredoiro, Xinzo se llena de comparsas y desfiles para todos los gustos. El Entroido se despide hasta el año siguiente con el domingo de Piñata, en el que las pantallas salen de nuevo a las calles y hay numerosos juegos para los niños, entre ellos, por supuesto, las piñatas llenas de dulces y regalos.

Peliqueiros en Laza

El de Laza está considerado como el Entroido más antiguo de Galicia. Del jueves de Comadres al martes de Carnaval, en este pequeño municipio de 1.500 habitantes se celebran diversos desfiles con carrozas de todo tipo, aunque es el lunes de Entroido o lunes borralleiro, el día más especial porque tiene lugar una singular batalla: la farrapada, una «guerra» de trapos llenos de barro. También es el lunes cuando aparece la Morena, un vecino vestido con una máscara postiza de toro en madera y una manta y «ataca» a las mujeres, mientras sus compañeros arrojan hormigas vivas al público. El último día de la fiesta se realiza la lectura de un testamento, el Testamento del Burro, que cuenta lo ocurrido en el municipio durante el último año.

El peliqueiro es el rey absoluto de la fiesta en Laza. Es también una máscara, una careta de madera de abedul que se completa con una mitra con motivos animales y unos pompones. El traje está compuesto por chaqueta, pantalón y zamarra, además de una camisa blanca y una faja roja por encima de los calzones. Como accesorio, los peliqueiros llevan unos «chocos», cencerros que pesan alrededor de kilo y medio cada uno, colgados de un cinturón y que suenan cuando el peliqueiro corre, además de una fusta que no dudan en utilizarla si así lo creen conveniente.

Se calcula que cada Entroido salen a las calles de Laza unos ciento cincuenta peliqueiros. ¿El origen? Se dice que pueden representar a los antiguos cobradores de los condes, que ejercían su mando en la localidad en el siglo XVI. Otras teorías los emparentan con la prehistoria, en la que estos personajes se encargarían de favorecer la naturaleza y la relación del ser humano con ella.

Este año, debido a la pandemia, Laza celebra el Entroido de una manera más pausada, aunque sin olvidar el ambiente festivo. De hecho y, pese a que el Ayuntamiento prohibió oficialmente los «folións», muchos vecinos se animaron, con la correspondiente prudencia, a salir a las calles para celebrar. Una curiosidad de este entroido es la tradición que cada año lleva a cabo la Asociación de Mujeres Rurales de Matamá (concello de Laza): el recorrido de las madamas por el pueblo. Estas, durante la noche de Reyes, recorrían las calles de la localidad para anunciar la pronta llegada del entroido. Actualmente, para no olvidar esta tradición, desfilan tapadas con colchas para proteger su identidad anunciando a los vecinos su llegada. Son una suerte de ánimas que solo salen de noche y que, antiguamente, se reservaba solo para las mujeres solteras. Actualmente cualquier mujer puede participar en esta curiosa tradición.

Los cigarróns de Verín

El Entroido de Verín gira en torno a la figura de los cigarróns, que hacen su aparición el domingo Corredoiro. Se trata de la máscara más característica de toda la comarca de Monterrei y el valle de Verín.

Es una careta de palo tallada en madera y pintada de tal modo que resaltan las cejas, las mejillas, el bigote y una gran sonrisa sarcástica, y que corona una mitra con motivos vegetales y animales. Una piel de animal (en la actualidad de fibras sintéticas) a la espalda completa la máscara. Camisa blanca, corbata de diferentes colores y una chaqueta corta de seda con galones conforman la parte de arriba del traje. Unos calzones con unas medias, preferiblemente en tonos verdes o rojos, y zapatos negros completan el atuendo. Los cigarróns, al igual que los peliqueiros, portan un cinturón con seis ‘chocas’ que suenan cuando se mueven, así como una fusta para azotar a aquellos que no se porten como ellos consideran.

Antiguamente, los cigarróns pedían dinero al ritmo de «cigarrón lapón mete os cartos no bolsón», y es que, como en el caso de los peliqueiros, muchos aseguran que en origen se trataba de cobradores de impuestos de los condes de Monterrei y del Valle de Verín.

El origen del Entroido de Verín se sitúa a principios del siglo XX. En 1936, como fiesta pagana que es, fue prohibida, pero se retomó en 1944. Uno de los actos más significativos de las celebraciones tiene lugar el sábado de Entroido, cuando se presentan nuevos cigarróns en la praza do Cigarrón. Destaca también la batalla de harina del lunes de Entroido, la fariñada, que enfrenta a hombres y mujeres. Pero el día más intenso es sin duda el domingo de Entroido, con desfiles, concursos y comparsas.

Aunque como en el resto de municipios, las celebraciones se realizan de día y sin multitudes, las tradiciones perviven a pesar de la pandemia. Para reavivar el espíritu festivo, este año el cartel del entroido corrió a cargo del artista Fernando Barreiro, que recuperó la antigua figura del «capuchón», también muy típica del Entroido de Verín y combinó el disfraz más usado por los hombres (el de geisha) con un diablo y un toro. En propias palabras del autor, el diablo es el espíritu de la burla y la picaresca común en estos días mientras que el toro travestido sugiere el carácter transgresor que, desde antaño, ha tenido esta celebración.

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