El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental en más de cien países. Esta celebración se creó por iniciativa de la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH) y está apoyada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con el Día Mundial de la Salud Mental se busca concienciar a la sociedad sobre la incidencia que tienen las enfermedades mentales en la población y visibilizar a las personas que las padecen. Por ejemplo, más de 300 millones de personas sufren de depresión y más de 260 millones tienen trastornos relacionados con la ansiedad en todo el mundo, lo que da buena cuenta de su presencia cada vez mayor. Además, la pandemia por coronavirus ha cambiado el mundo en los últimos años tal y como lo conocíamos y ha tenido consecuencias directas en la salud mental: no solo sufrimos más por el miedo a contagiarnos de covid-19, sino por la incertidumbre que esta pandemia ha provocado en todos los sectores, como la salud, la economía, las libertades por el confinamiento, etc. Todo esto puede afectar a nuestra salud mental y lo hará todavía más en aquellas personas que ya padecen algún tipo de trastorno.
Las cifras oficiales hablan de un aumento en los trastornos de ansiedad y depresión por encima del 25% desde la llegada del coronavirus. Y, para que la tormenta fuera perfecta, la pandemia hizo que los servicios de salud mental se vieran fuertemente afectados con interrupciones que afectaron directamente a los enfermos en sus tratamientos, así como a los nuevos pacientes que precisaban de atención médica y a los que no se pudo prestar la atención que necesitaban.
Dale ‘like’ a la salud mental
Así las cosas, en los últimos años se ha disparado el número de personas que declaran abiertamente haber padecido problemas de salud mental. Destacan por encima de todos los jóvenes, que han pasado de apenas un 6% en el año 2017 a más de un 15% en 2021, más de doble. La propia OMS cifra en uno de cada siete las personas de entre 10 y 19 años que padecen problemas de salud mental. Por eso, dar visibilidad a esta situación es imprescindible si queremos ayudar a este colectivo cada vez más numeroso.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental 2022, la Federación de Salud Mental de Madrid, junto a las asociaciones que la integran y otros colectivos, han organizado una marcha por el centro de la capital de España. El lema elegido ha sido “Dale like a la salud mental. Por el derecho a crecer en bienestar” y tendrá lugar el 10 de octubre a las 18:00 horas saliendo de las inmediaciones de la estación de Atocha: el objetivo, como no podía ser de otra manera, es reivindicar la importancia de la salud mental y visibilizar el trabajo de estas asociaciones.
¿Qué son los trastornos mentales?
Al escuchar las palabras enfermedad mental son muchas las personas que se sienten incómodas, ya que no siempre se entiende a qué se refieren. Hablamos de los ya citados trastornos del ánimo como la depresión y ansiedad; hay trastornos de personalidad como el trastorno bipolar o de personalidad múltiple; o trastornos de ansiedad como los fóbicos o los obsesivos compulsivo, entre otros. Cada uno de estos trastornos tiene sus propios síntomas, aunque algunos pueden ser comunes como la alteración del pensamiento, la percepción y/o la conducta y las emociones.
Los datos de la OMS señalan que la depresión es el trastorno mental más diagnosticado y afectaría a más de 300 millones de personas en todo el planeta. Algunos de sus síntomas son el cansancio, la tristeza, la irritabilidad, la sensación o sentimiento de culpa o la pérdida de interés por todo tipo de temas y situaciones. Y es importante tratarla a tiempo, ya que puede desembocar en otros problemas de salud
El bienestar mental es básico para disfrutar de una buena salud. Según la OMS, se considera salud al “estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente a la ausencia de afecciones o enfermedades”. Por lo tanto, es tan importante potenciar el bienestar y la prevención de trastornos como tratarlos una vez diagnosticados.
Por desgracia, a muchos pacientes se les sigue internando en instituciones en las que se les aísla de la sociedad. Según la OMS, en los países con ingresos considerados como altos, entre un 35% y un 50% de la población con trastornos mentales graves no recibe ningún tipo de tratamiento. Es de vital importancia que los servicios médicos pueden prestar sus servicios, pero también lo es que las pacientes cuenten con el apoyo de la familia y de sus allegados.
En el caso de la depresión, una estancia en un balneario puede ayudar a controlar la enfermedad debido a que mejora el estado de ánimo y hace que el cuerpo se relaje. Esto deriva en un aumento de la energía y en una forma de pensar menos negativa. Lo mismo sucede con la ansiedad, tanto el ambiente del balneario como las propiedades relajantes del agua proporcionan una beneficiosa sensación de bienestar.
Un estigma social
Es fundamental que nos deshagamos del estigma social de las enfermedades mentales cuanto antes. Uno de los objetivos del Día Mundial de la Salud Mental es conseguir el respeto para quienes padecen de un trastorno mental. Las ideas preconcebidas sobre enfermedades como la depresión, el autismo, la esquizofrenia o el trastorno bipolar siguen siendo uno de los principales problemas a los que se enfrentan en la vida diaria.
Pero debe ser la sociedad en conjunto la que dé un paso al frente y empiece a implicarse en la prevención, tratamiento e integración de las personas que padecen un trastorno mental. Si todos aportamos nuestro granito de arena, el mundo será un poco mejor para ellos.
¿Las personas se recuperan de una enfermedad mental?
La respuesta es sí, aunque quizás la pregunta sea un poco amplia. Recuperarse de una enfermedad mental supone “vivir bien en presencia o ausencia de síntomas”. Para conseguirlo, cada vez hay más entidades implicadas en la recuperación de los enfermos, ya sea por medio de tratamientos, programas educativos y de vivienda, ayudas financieras, etc. Para conseguir esa recuperación es fundamental que haya primero esperanza en el paciente y, después, curación: y todos, tanto organismos públicos como las personas más cercanas, han de actuar en ayuda de quien sufre estos problemas, ya que las conexiones sociales son vitales.
Uno de los primeros pasos que se necesitan en materia de enfermedades mentales es la visualización, es decir, no silenciar este problema de salud. Y el hecho de que cada vez sean más los famosos que están hablando de ello, bien porque lo hayan padecido en primera persona o porque quieran poner su granito de arena por esta causa, está ayudando y mucho para evitar ese estigma social.
El mejor ejemplo es Simone Biles, una de las mejores gimnastas de todos los tiempos que en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio decidía parar: “He tenido demonios mentales”. Reconoció que llevaba más de un año sufriendo problemas y que decidió dormir mucho “porque era lo más parecido a la muerte, pero sin hacerme daño”. Su caso abrió un melón que, hasta ese momento, parecía inexistente.
La gimnasta norteamericana ha sido uno de los rostros más visibles de este problema, pero no el único: también han dado la cara otros deportistas como David Beckham, Michael Phelps o la tenista Naomi Osaka, que pese a ser la número 1 del mundo, no era capaz de sentarse en una sala de prensa para hablar con los periodistas. Pero en el mundo del espectáculo también hay multitud de casos, desde Martin Scorsese a Britney Spears, pasando por Leonardo DiCaprio, Cameron Diaz o Catherine Zeta-Jones, entre otros. Incluso el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, padece germofobia o misofobia, un trastorno que infunde a quien lo sufre un miedo intenso a contagiarse por medio de bacterias, suciedad o virus.
El Día Mundial de la Salud Mental es el mejor momento para dar visibilidad a un problema que afecta a cientos de millones de personas en todo el mundo. Para ellos, el estigma y la discriminación siguen siendo su mayor barrera, de cara a poder ser una persona más en la sociedad. Conseguir la atención que necesitan y llevar a cabo situaciones preventivas son fórmulas que, a largo plazo, conseguirán mejorar la vida de estos enfermos.
